jueves, 2 de junio de 2011

Qué es un Mandala? LOS MANDALAS EN DIFERENTES CULTURAS Y RELIGIONES

Los Mandalas 
en distintas culturas
CELTA

CROP CIRCLE



 
Mandala.  Es una palabra  proveniente del sánscrito, significa, según
el Diccionario de la Real Academia Española:

“En el hinduismo y en el budismo, dibujo complejo, generalmente circular, que representa las fuerzas que regulan el universo y que sirve como apoyo de la meditación.”
también según otros autores posee diversos significados como:
                  cerco, protector, talismán, círculo mágico.
 Los mándalas también son definidos como un diagrama cosmológico que puede ser utilizado para la meditación.
Consisten en una serie de formas geométricas concéntricas organizadas en diversos niveles visuales.
Las formas básicas más utilizadas son: 

                     Círculos, triángulos, cuadrados y rectángulos.

Los mándalas fascinan por el juego de formas y colores que presentan, y son considerados como símbolos de paz, fuerza y armonía.
 Los diseños son muy variados, pero con algunos elementos constantes, un centro y puntos cardinales contenidos en círculos y ordenados en cierta simetría.

LOS MANDALAS EN DIFERENTES 
CULTURAS Y RELIGIONES

Pueblos culturalmente tan distantes entre sí, como los indígenas americanos, los sumerios, los hindúes o los primitivos cristianos, han otorgado a los mandalas  los más positivos atributos convirtiéndolos en una herramienta esencial en el camino del autoconocimiento.
 Les han conferido propiedades curativas, considerándolos también como estimulantes para la meditación, buscando alcanzar un grado de relajación y paz.
En la actualidad estas ideas han sido recuperadas y reelaboradas,  convirtiéndolas  en nuevas formas de expresión artística, o les han otorgado, propiedades de tipo terapéutico y creativo.




                    
CERN
CHINO



LEO SOCOLOVSKY
1º ENTREGA  




2º y ultima parte de EL ARTE DE VIVIR S. N. Goenka maestro de meditación Vipassana


 Escapar no es una solución;
hay que enfrentar el problema.
S. N. Goenka es un maestro de meditación Vipassana.
La técnica que enseña S .N. Goenka tiene su origen en una tradición que se remonta al Buda. El Buda nunca enseñó una religión sectaria; enseñó Dhamma —el camino de la liberación— que es universal. Siguiendo esa tradición, la enseñanza de Goenkaji está libre de sectarismos y por esta razón atrae gentes de cualquier procedencia, con o sin creencias religiosas y de todos los rincones del mundo.

Una buena solución es la que evita los dos extremos: la represión y dar rienda suelta.
Enterrar la negatividad en el inconsciente no la erradicará y permitir que se manifieste con un acto físico o verbal dañino sólo creará más problemas. Pero si te limitas a observarla, la contaminación desaparecerá y estarás libre de esa contaminación.
          Esto suena maravilloso, pero ¿se puede realmente practicar? Cuando surge la ira, nos toma tan de sorpresa que ni siquiera nos damos cuenta de ello. Arrastrados por la ira cometemos actos físicos o mentales que nos dañan a nosotros mismos y a los demás.
 Poco después, al desaparecer la ira, empezamos a arrepentirnos, pidiendo perdón a los demás o pidiendo perdón a Dios.
Pero la próxima vez que nos encontramos en una situación semejante, volvemos a reaccionar de la misma forma. El arrepentimiento no nos ha servido para nada.
Sin embargo, hubo alguien que encontró una solución auténtica. Descubrió que al surgir una contaminación en la mente, ocurren dos cosas simultáneamente en el campo físico:
Una es que la respiración pierde su ritmo normal. Es fácil observar que respiramos más fuerte cuando surge una negatividad.
Esto es lo que nos ofrece una solución práctica: una persona corriente no puede observar las contaminaciones abstractas de la mente como el miedo, la ira o la pasión. Pero con un adiestramiento adecuado y con práctica es fácil observar la respiración y las sensaciones del cuerpo y ambas están relacionadas directamente con las contaminaciones mentales.
 Antes sólo mirábamos al exterior, perdiendo la verdad interna; buscábamos en el exterior la causa de nuestra desgracia, culpando siempre a algo o a alguien e intentando cambiar la realidad externa.
 Al ignorar la realidad interior, nunca entendíamos que la causa del sufrimiento reside en el interior, en nuestras propias reacciones ciegas hacia las sensaciones agradables y desagradables.
          Una mente equilibrada no sólo está llena de paz, sino que impregna el ambiente que la rodea de paz y armonía y esto empieza a afectar a los demás, ayudándolos también.

Al aprender a mantenernos equilibrados, hacemos frente a lo que experimentamos en nuestro interior y desarrollamos desapego hacia todas las situaciones externas que nos encontramos.
Pero este desapego no es escapismo ni indiferencia hacia los problemas mundanos. Quienes practican Vipassana con regularidad se sensibilizan más ante el sufrimiento de los demás y hacen todo lo posible para aliviar el sufrimiento en la forma que puedan —sin agitación, con la mente llena de amor, compasión y ecuanimidad.
Esto es lo que el Buda enseñó: un arte de vivir. No fundó ni enseñó una religión, un “-ismo”, ni enseñó ritos o rituales, ni ninguna formalidad vacía a quienes se acercaban a él; enseñó a observar la naturaleza tal y como es, observando la realidad interna.
Por eso es necesario “conocerse a sí mismo”—consejo que han dado todos los sabios. Debemos conocernos a nosotros mismos, no sólo en el ámbito intelectual de ideas y teorías, no sólo emocionalmente o a través de la devoción, aceptando de forma ciega los que hemos oído o leído. Este conocimiento no es suficiente.
Esta experiencia directa de nuestra realidad interna, esta técnica de auto-observación, es lo que se llama meditación Vipassana. En la lengua que se hablaba en la India en la época de Buda, “passana significa ver las cosas de forma corriente, con los ojos abiertos. Vipassana” es observar las cosas tal y como son, no como parecen ser.
El curso de meditación consta de tres pasos.
El primer paso de esta práctica es un código moral. Nos comprometemos a no matar, no robar, no mentir y no tomar intoxicantes.
El siguiente paso es aprender a controlar la mente salvaje, adiestrarla para que se concentre en un único objeto, la respiración.
 Intentamos mantener la atención en la respiración el mayor tiempo posible.
Estos dos primeros pasos, vivir con moralidad y controlar la mente, son muy necesarios y beneficiosos pero conducirán a la represión a menos que demos un tercer paso:
 Purificar la mente de contaminaciones, desarrollando la visión cabal de nuestra propia naturaleza. Esto es Vipassana: la experimentación de nuestra propia realidad, observando en nosotros mismos de forma sistemática y desapasionada este fenómeno de mente y materia en constante cambio que se manifiesta en sensaciones.
Esta es la culminación de la enseñanza del Buda: la auto-purificación a través de la auto-observación.
 Cuando sentimos ira, no es una ira budista, una ira hinduista, o una ira cristiana. La ira es ira. Si como resultado de esa ira nos sentimos agitados, no es una agitación cristiana, judía o musulmana. La enfermedad es universal. El remedio debe también ser universal.
La Vipassana es este remedio. La Vipassana es un sendero universal. Observar la realidad tal y como es, observando la verdad interior, es conocerse a uno mismo directamente a través de la experiencia. 
S. N. Goenka es un maestro de meditación Vipassana.
La técnica que enseña S .N. Goenka tiene su origen en una tradición que se remonta al Buda. El Buda nunca enseñó una religión sectaria; enseñó Dhamma —el camino de la liberación— que es universal. Siguiendo esa tradición, la enseñanza de Goenkaji está libre de sectarismos y por esta razón atrae gentes de cualquier procedencia, con o sin creencias religiosas y de todos los rincones del mundo.

Se puede obtener información adicional sobre la meditación Vipassana www.spanish.dhamma.org


Junio 2004
 
www.dhamma.org


lunes, 30 de mayo de 2011

El arte de vivir, Tenemos que vivir en paz con nosotros mismos y en paz con los demás porque, en última instancia, los seres humanos somos seres sociales que vivimos dentro de una sociedad interrelacionada. Pero ¿cómo vivir en paz y armonía interior y mantenerlas para que los demás puedan también vivir en paz y armonía?

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El arte de vivir

por S. N. Goenka

Selección de un artículo  basado en una conferencia que el Maestro dio en Berna

Todos buscamos la paz y la armonía porque carecemos de ellas en nuestras vidas. 
De vez en cuando todos experimentamos agitación, irritación, falta de armonía, sufrimiento.
Cuando esto sucede no lo guardamos para nosotros sino que lo distribuimos a los demás. 
Una persona desdichada impregna el ambiente que le rodea de agitación y quienes están cerca de ella también se alteran, se irritan. Ciertamente, ésta no es la manera más adecuada de vivir.
            Tenemos que vivir en paz con nosotros mismos y en paz con los demás porque, en última instancia, los seres humanos somos seres sociales que vivimos dentro de una sociedad interrelacionada. Pero ¿cómo vivir en paz y armonía interior y mantenerlas para que los demás puedan también vivir en paz y armonía? 

 Para librarnos de nuestra agitación 
tenemos que conocer sus razones básicas,
la causa del sufrimiento. 

            ¿Cómo empezamos a generar negatividades? 
Cuando ocurre algo que no deseamos surge tensión en nuestro interior y también surge cuando no ocurre o existen obstáculos para que se cumpla algo que deseamos. 
Con todo eso empezamos a atar nudos en nuestro interior. 
Y como durante toda la vida van a suceder cosas que no queremos y las deseadas puede que sucedan o puede que no sucedan, este proceso de reacción, de atar nudos –nudos gordianos, hace que toda la estructura física y mental esté tan tensa y tan llena de negatividades que la vida se vuelve miserable.
            Una manera de resolver este problema sería arreglar las cosas para que en nuestra vida no ocurriera nada indeseado, para que todo sea tal y como deseamos.
Para lograrlo, tendríamos que desarrollar en nosotros un poder extraordinario o bien conseguir que venga en nuestra ayuda alguien que lo posea. 
Pero tal cosa es imposible. No existe nadie en el mundo que pueda satisfacer todos sus deseos. 
 No hay nadie cuya vida transcurra como quiere, sin que pase algo no deseado. Constantemente ocurren cosas que van en contra de nuestros deseos y anhelos. 
De ahí –la pregunta: ¿Cómo podemos dejar de reaccionar ciegamente cuando enfrentamos situaciones que no nos gustan? ¿Cómo podemos dejar de generar tensión y permanecer llenos de paz y armonía?
Tanto en la India como en otros países hubo personas santas y sabias que estudiaron este problema —el problema del sufrimiento humano— y encontraron una solución: 

Cuando ocurre algo no deseado y empezamos a reaccionar con ira, miedo o negatividad, hay que dirigir lo antes posible la atención a cualquier otra cosa.

Por ejemplo: levantarnos, tomar un vaso de agua y comenzar a beber; de esta manera la ira no se multiplicará sino que empezará a disminuir. 
O empezar a contar: uno, dos, tres, cuatro… O repetir una palabra, una frase o un mantra o quizás el nombre de un dios o una persona santa hacia la que sintamos devoción. Así desviamos la mente y hasta cierto punto, nos liberamos de la negatividad, de la ira.
            Esta solución era útil, funcionaba y aún funciona; al practicarla, la mente se siente libre de agitación. 
No obstante, sólo funciona en el nivel de la mente consciente porque lo que de hecho hacemos al desviar la atención es empujar la negatividad a lo más profundo del inconsciente donde seguimos generándola y multiplicándola. 
Hay paz y armonía en la superficie, pero en las profundidades de la mente hay un volcán dormido de negatividad reprimida que tarde o temprano entrará en erupción con una gran explosión.

He trabajado durante muchos años en el tema de los Mandalas y trataré de transmitir mi experiencia.
Hace muchísimo tiempo existió algo desprovisto de nombre y cuya forma desconocida ocultó tanto el cielo como la tierra. Al verlo, los dioses lo agarraron comprimiéndolo contra el suelo, con la cara hacia abajo. Una vez arrojado al suelo, los dioses lo retuvieron pegado a éste. Brahma hizo que los dioses lo ocuparan y lo llamó vastupurusha mandala. 

Antiguo texto Hindú

 Que es un símbolo de sanación, totalidad, unión, integración. Nos representa la creación, el mundo, el Dios, el ser humano, la vida, el absoluto.

Leo Socolovsky

contacto: imak0212@gmail.com